En la era de la producción masiva se priorizaba la eficiencia sobre el compromiso de los empleados. Hoy en día los estudios demuestran que permitir a los trabajadores encontrar un propósito más profundo que complemente el trabajo remunerado, conduce a un mayor éxito en el logro de resultados.

Los trabajos requieren habilidades cognitivas como el pensamiento crítico y la resolución de problemas, pero también habilidades blandas como la empatía y la cooperación. Nuestro trabajo requiere que actuemos colectivamente y desde diferentes ubicaciones geográficas para tomar grandes decisiones en lugar de hacerlo de manera aislada y en un solo lugar.

Para aprovechar el poder del trabajo en equipo y habilitar la creatividad de los empleados, existe una necesidad urgente de que los líderes pongan a las personas en el centro, empoderándolas para conectarse, colaborar y comunicarse en el lugar de trabajo.

Maximizar la atención es otro desafío clave: como la información se encuentra disponible en varios formatos y en múltiples dispositivos, desde computadoras de escritorio hasta teléfonos inteligentes y dispositivos portátiles, es fácil que se pierda el enfoque y se desvíe en diferentes direcciones. Los líderes deben pensar cómo potenciar a los empleados mediante el acceso a las herramientas adecuadas en el momento adecuado.